El conflicto entre China y Estados Unidos está teniendo en Europa su principal víctima. La región, volcada en la demanda externa, ha visto cómo se apagaba su principal motor de crecimiento, quedando así a merced de la débil demanda interna. La mejor evidencia es el deterioro de las previsiones de crecimiento que ha sufrido la región en el último año. El FMI ha recortado su estimación para la eurozona en un tercio, para Alemania en dos tercios y para Italia en un 90% en solo 12 meses. Ninguna gran área mundial ha vivido un parón económico tan grave, y la causa no es otra que la guerra comercial.
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